Sobrevivientes del tiroteo en el desfile de los Chiefs esperan las donaciones prometidas mientras acumulan cuentas médicas

Jacob Gooch Sr. is standing on crutches in a room in his home. The room is dark, but he stands in a beam of light coming in through a window.

Abigail Arellano tiene todas las facturas médicas de su hijo Samuel en una carpeta azul en un armario arriba del microondas. Incluso ahora, cuatro meses después que el niño de 11 años fuera herido de bala en el desfile del Super Bowl de los Kansas City Chiefs, las facturas siguen llegando.

Hay una de $1,040 por el traslado en ambulancia al hospital aquella tarde de febrero. Otra de $2,841,17 por una visita a la sala de emergencias tres días después del tiroteo porque la herida de bala parecía infectada. En marzo, más seguimientos y consejería agregaron otros $1,500.

“Creo que me faltan algunas”, dijo Arellano mientras hojeaba las páginas.

Los Arellano no tienen seguro y están contando con la asistencia del fondo que recaudó casi $2 millones después del tiroteo que dejó un muerto y al menos 24 personas con heridas de bala. También guarda esa solicitud en la carpeta azul.

Los costos médicos para los sobrevivientes del tiroteo son muy altos y no terminarán pronto. Según un estudio de la Escuela de Medicina de Harvard, el gasto médico promedio para alguien que recibió un disparo se eleva a casi $30,000 el primer año. Otro análisis halló que esa cifra sube a $35,000 en el caso de los niños. Diez menores fueron heridos por balas en el desfile.

Luego están las facturas regulares que forman parte de la vida —alquiler, servicios públicos, reparaciones del auto— que no dejan de llegar solo porque alguien sobrevivió a un tiroteo masivo, incluso si sus lesiones les impiden trabajar o mandar a los niños a la escuela.

La carga financiera que conlleva la supervivencia es tan común que tiene un nombre, según Aswad Thomas de la organización sin fines de lucro Alliance for Safety and Justice: deuda por victimización. Algunos la pagan de su bolsillo. Otros solicitan una nueva tarjeta de crédito. Algunos reciben ayuda de desconocidos generosos. Otros no pueden llegar a fin de mes.

“Ahora mismo estamos realmente en bancarrota”, dijo Jacob Gooch Sr., otro sobreviviente, quien fue herido en el pie y aún no ha podido volver a trabajar.

“Estamos, como, agotando nuestra tercera tarjeta de crédito”.

Samuel Arellano (centro) junto a sus padres, Abigail y Antonio, afuera de su casa en Kansas City, Kansas. La familia no tenía seguro cuando Samuel recibió un disparo en el desfile del Super Bowl de los Kansas City Chiefs en febrero. La familia cuenta con la ayuda del fondo que recaudó casi $2 millones después del tiroteo que dejó un muerto y al menos otras 24 personas con heridas de bala.(Bram Sable-Smith/KFF Health News)

Como es común después de tiroteos masivos, en esta ciudad de Missouri surgió un abanico de recursos nuevos y establecidos prometiendo ayuda. Entre ellos, el fondo #KCStrong creado por United Way of Greater Kansas City, que se espera comience a pagar a las víctimas a finales de junio.

Los sobrevivientes deben navegar cada oportunidad para solicitar ayuda lo mejor que puedan, y esperar que el dinero llegue.

GoFundMe, desconocidos generosos y una nueva línea de crédito

Tradicionalmente, son las mamás quienes mantienen las facturas organizadas. Apiladas sobre el microondas. En una cartera. En capturas de pantalla guardadas en el celular. Y luego hay un laberinto de papeleo: el formulario de compensación para víctimas del estado de Missouri tiene cinco páginas, incluidas las instrucciones. Son otras seis páginas para la ayuda de United Way.

Emily Tavis mantiene pilas de papeleo con diferentes clips de colores en su sótano: negro para su pareja, Gooch Sr.; azul para su hijastro, Jacob Gooch Jr.; rosa para ella misma. Los tres fueron heridos de bala en el desfile.

Tavis pudo volver a caminar después que una bala atravesara su pierna y consideró rechazar el viaje en ambulancia porque estaba preocupada por el costo; en ese momento no tenía seguro.

Gooch Sr. no podía caminar porque le habían disparado en el pie. Así que compartieron una ambulancia al hospital con dos de sus hijos.

“No voy a pagar por esta m…. No pedí esta vida”, recordó Tavis, riendo. Pronto se dieron cuenta que el joven Gooch Jr., de 14 años, también tenía una bala en el pie.

Abigail Arellano, standing in her kitchen, looks over a stack of bills in a blue folder.

Abigail Arellano guarda la pila de facturas médicas, acumuladas desde que le dispararon a su hijo, Samuel, de 11 años, en una carpeta azul en un gabinete encima del microondas en la cocina. (Peggy Lowe/KCUR 89.3)

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Samuel Arellano (center) lifts his shirt with help from his mother, Abigail Arellano (left), and aunt Eunice Salas (right), to reveal where he was shot at the Kansas City Chiefs Super Bowl. There is a bandage on the right side of his ribcage.

Samuel Arellano (centro) levanta su camiseta con la ayuda de su madre, Abigail Arellano (izq.), y su tía Eunice Salas (der.), para mostrar en dónde le dispararon en el desfile del Super Bowl de los Kansas City Chiefs en febrero. (Bram Sable-Smith/KFF Health News)

Tavis y Gooch Sr. recibieron facturas separadas de $1,145 por la ambulancia. Gooch Jr. no, posiblemente porque tiene cobertura de salud a través de Medicaid, dijo Tavis.

Ella envía las facturas médicas a la compensación para víctimas, un programa para ayudar con las pérdidas económicas derivadas de un crimen, como los gastos médicos y los salarios perdidos. Aunque Tavis y Gooch viven en Leavenworth, Kansas, su compensación proviene del programa en Missouri, donde ocurrió el tiroteo.

El programa paga solo por pérdidas económicas no cubiertas por otras fuentes como el seguro de salud, donaciones y recaudaciones de fondos colectivas. Gooch Sr. y Jr. tenían cobertura médica al momento del desfile, por lo que la familia ha estado enviando solo la porción no cubierta a la compensación para víctimas.

Al principio, la familia recibió mucho apoyo. Amigos y familiares se aseguraron de que tuvieran siempre comida. El fundador de un grupo en línea de fanáticos de los Kansas City Chiefs envió $1,000 y regalos para la familia. Una página de GoFundMe recaudó $9,500. Y su reembolso de impuestos ayudó.

Con Gooch Sr. sin poder trabajar sabían que el dinero podía comenzar a faltar, así que pagaron tres meses de alquiler por adelantado. También gastaron en el arreglo de su Ford Escape para que eventualmente pudiera volver a trabajar y compraron un Honda Accord usado para que Tavis pudiera conducir al trabajo, al que volvió 12 días después del desfile.

Jacob Gooch Sr. (left) and Emily Tavis (right) sit beside each other in their home, with arms linked. Gooch Sr. is sitting in a recliner with his injured leg raised. His foot is wrapped in a white bandage.Jacob Gooch Sr. y Emily Tavis recibieron una gran cantidad de apoyo emocional y financiero en los días posteriores a que ambos recibieran disparos en el desfile del Super Bowl de los Kansas City Chiefs. El hijo de Gooch también fue herido de bala. Sin embargo, en junio, la pareja había abierto una nueva tarjeta de crédito para ayudar a cubrir sus facturas.(Christopher Smith for KFF Health News)

Y como las donaciones estaban destinadas a toda la familia, decidieron comprar pases de verano para el parque de diversiones Worlds of Fun para los niños.

Pero recientemente, han estado apretados. Los pagos por discapacidad a corto plazo de Gooch Sr. dejaron de llegar abruptamente en mayo cuando su seguro de salud le pidió que viera a un médico de la red. Dijo que el plan de discapacidad a corto plazo inicialmente no aprobó el papeleo de su nuevo médico y comenzó una investigación. El problema se resolvió en junio y espera recibir pagos retroactivos pronto. Mientras tanto, la pareja solicitó una nueva tarjeta de crédito para cubrir sus facturas.

“Definitivamente hemos estado robando a Pedro para pagar a Pablo”, dijo Tavis.

Idealmente, el dinero que llegue de United Way, la compensación para víctimas y, esperan, el pago retroactivo por discapacidad a corto plazo, será suficiente para pagar sus deudas.

Pero, dijo Tavis, “tienes que hacer lo que tienes que hacer. No vamos a quedarnos sin luz”.

A back-lit portrait of Emily Tavis in her home.Emily Tavis consideró rechazar un viaje en ambulancia después de recibir un disparo en la pierna en el desfile del Super Bowl de los Kansas City Chiefs porque estaba preocupada por el costo. Comenzó un nuevo trabajo 12 días después del desfile, pero incluso ahora que tiene seguro médico a través de su empleo, está en sintonía con los costos de buscar atención.(Christopher Smith for KFF Health News)

A photo Emily Tavis' leg. There's a gunshot wound on the side of her shin. You can see where the bullet entered and exited her body.

Emily Tavis muestra las heridas en su pierna cuatro meses después de recibir un disparo en el desfile del Super Bowl de los Kansas City Chiefs en febrero. (Christopher Smith for KFF Health News)

Jacob Gooch Sr. shows the where the bullet that shot through his foot. He points with his finger to show a diagonal trajectory from his ankle to the middle of the bottom of his foot.

Jacob Gooch Sr. muestra la trayectoria de la bala que le atravesó el pie en el desfile del Super Bowl de los Kansas City Chiefs. (Bram Sable-Smith/KFF Health News)

Jacob Gooch Sr. sits in a recliner in his home. His legs are elevated, with his injured foot raised slightly higher on a pillow. Emily Tavis, offscreen, wraps his foot in a white bandage.Al no poder trabajar después de recibir un disparo en el desfile del Super Bowl de los Kansas City Chiefs en febrero, Jacob Gooch Sr. inicialmente recibió pagos por discapacidad a corto plazo. Pero esa asistencia se detuvo abruptamente en mayo cuando comenzó a ver a un nuevo médico que estaba en la red de su plan médico. El problema se resolvió en junio y pronto espera recibir pagos retroactivos.(Christopher Smith for KFF Health News)

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En espera del pago de United Way a fines de junio

Con cada tiroteo masivo, inevitablemente fluyen donaciones para los sobrevivientes, “como la mantequilla con la mermelada, porque la gente quiere ayudar”, dijo Jeff Dion, director ejecutivo del Mass Violence Survivors Fund, una organización sin fines de lucro que ha ayudado a muchas comunidades a gestionar esos fondos.

Dijo que, típicamente, se tarda unos cinco meses en distribuir el dinero de estos grandes fondos comunitarios. Las víctimas pueden recibir dinero antes si su comunidad tiene un plan para estos tipos de fondos antes de un tiroteo masivo.

Los fondos también pueden adelantar dinero a personas con necesidades financieras urgentes que seguramente calificarán.

United Way colgó pancartas con los colores de los Chiefs en la Union Station de Kansas City con su campaña #KCStrong en los días posteriores al tiroteo. Impulsado por grandes donaciones del equipo, la NFL, el mariscal de campo Patrick Mahomes, otros individuos y empresas locales, finalmente recaudó más de $1.8 millones.

La promesa de un gran pago ha mantenido la esperanza de los heridos, incluso cuando a muchos los confundió el proceso. Algunas personas entrevistadas para esta historia no quisieron decir nada negativo, temiendo que pudiera afectar su asignación.

Los funcionarios de United Way anunciaron en abril que las donaciones se cerrarían a fin de mes. El 1 de mayo, la organización publicó un aviso diciendo que emitiría “formularios de reclamación” y que la Oficina del Fiscal del condado de Jackson estaba ayudando a verificar a las víctimas del tiroteo. La junta de fideicomisarios de la filial de United Way planea reunirse el 26 de junio para determinar las asignaciones, con los pagos llegando tan pronto como el 27 de junio.

Kera Mashek, vocera de United Way of Greater Kansas City, dijo que los pagos se harán a 20 de los 24 sobrevivientes del tiroteo. Los otros cuatro no pudieron ser verificados como víctimas o rechazaron los fondos, dijo. Agregó que los solicitantes no incluyen a las 67 personas que los fiscales dicen fueron pisoteadas en el tumulto.

Pendiente de la aprobación de la junta, el dinero también se distribuirá a 14 grupos comunitarios que apoyan iniciativas de no violencia, preocupaciones de salud mental y socorristas, dijo Mashek.

Ante las críticas de que United Way no se comunicó bien con las víctimas, Mashek dijo que intentaron responder de manera oportuna.

“Hemos tratado de mantener esta línea de comunicación abierta lo más rápido posible y la mayoría de la gente ha sido muy paciente”, dijo. “Creo que estarán muy agradecidos y, creo, gratamente sorprendidos con la cantidad de fondos que recibirán”.

An outdoor memorial is sat up near Union Station in Kansas City. There is a sign that reads, "Kansas City / Strong / United." Flowers, stuffed animals, and other memorial gifts surround the sign.Los visitantes de Union Station en Kansas City, Missouri, el 19 de febrero de 2024, observan el monumento creado tras el tiroteo en la celebración del Super Bowl de los Chiefs.(Carlos Moreno/KCUR 89.3)

Otros recursos disponibles

Abigail Arellano no había oído hablar de la compensación para víctimas, lo cual es común. Una encuesta de 2022 de la Alliance for Safety and Justice encontró que el 96% de las víctimas no recibían ese apoyo y muchas no sabían que existía.

Arellano y su esposo, Antonio, no fueron al desfile, pero también han tenido gastos médicos. Antonio ha estado yendo a terapia en un centro de salud local para ayudar con la tarea estresante de guiar a su hijo a través del trauma. Ha sido útil. Pero ha estado pagando unos $125 de su bolsillo por cada sesión, dijo, y las facturas se están acumulando.

Una de las hermanas de Samuel creó un GoFundMe que recaudó $12,500, y Abigail dijo que ayudó que la familia compartiera su historia públicamente y que Abigail se pusiera en contacto para ayudar a otros en la comunidad latina afectada por el tiroteo.

De hecho, fue Abigail quien conectó a Sarai Holguín, de 71 años, con el consulado de México en Kansas City. El consulado, a su vez, ayudó a Holguín a registrarse como víctima oficial del tiroteo, lo que le permitirá recibir asistencia de United Way. Las facturas de Holguín ahora incluyen una cuarta cirugía, para quitar la bala alojada cerca de su rodilla con la que había hecho las paces de “vivir para siempre”, hasta que comenzó a sobresalir a través de su piel.

Alivio “generoso y rápido” para las víctimas

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Varios sobrevivientes se sintieron aliviados y agradecidos de recibir fondos de un grupo menos conocido y no confesional llamado “The Church Loves Kansas City”.

El día después del tiroteo, Gary Kendall, quien dirigía una organización cristiana sin fines de lucro llamada “Love KC”, comenzó una cadena de mensajes de texto a las 6 am con líderes de la ciudad y grupos de fe, y eventualmente recibió promesas de $184,500. (Love KC ahora se ha fusionado con otra organización sin fines de lucro, “Unite KC”, que está distribuyendo sus fondos).

El primer pago fue para la familia de la popular DJ Lisa López-Galván, de 43 años y con dos hijos, quien fue la única fatalidad durante el tiroteo del desfile. Unite KC pagó $15,000 en sus gastos de entierro.

Unite KC gastó $2,800 para que James y Brandie Lemons pudieran recuperar su seguro de salud porque James no podía trabajar. Unite KC también pagó $2,200 de su bolsillo por los costos quirúrgicos cuando James decidió que le quitaran la bala de su pierna.

“Lo aprecio”, dijo un emocional James Lemons. “No tienen que hacer esto, abrir sus corazones sin razón”.

James Lemons stands outside a brick building on a sunny day.James Lemons, quien recibió un disparo en el muslo derecho, el 7 de junio, el día en que le quitaron los puntos después de una cirugía para extraer la bala alojada en su pierna. Unite KC ayudó a la familia de Lemons con pagos al seguro para que puedan sobrevivir hasta que Lemons regrese a trabajar.(Peggy Lowe/KCUR 89.3)

Erika Nelson estaba luchando para pagar los gastos de su casa, y tuvo que tomarse tiempo libre de su trabajo de atención médica a domicilio para llevar a su hija herida, Mireya, de 15 años, a las citas médicas. Mireya recibió disparos en la barbilla y el hombro, y se está recuperando.

Una página de GoFundMe creada por la mejor amiga de Nelson recaudó alrededor de $11,000, pero fue congelada después que Nelson intentara ingresar a la cuenta y GoFundMe pensó que estaba siendo hackeada. Temía que cortaran la luz en su apartamento por las facturas de electricidad no pagas y estaba desesperada.

“Estoy luchando con, ya sabes, comestibles”, dijo Nelson. “La gente decía, ‘Oh, ve a los bancos de alimentos’. Bueno, los bancos de alimentos no están abiertos en los momentos que puedo salir. No puedo simplemente irme del trabajo para ir a un banco de alimentos”.

Después de reunirse con Gary Kendall, Nelson recibió dinero para pagar tres meses de renta y servicios públicos, alrededor de $3,500.

“Un peso menos sobre mis hombros. Quiero decir, sí. De una gran forma”, susurró. “Porque nunca sabes. Nunca sabes qué puede pasar en dos días, cinco días, dos semanas, dos meses”.

Recientemente, la familia de Samuel Arellano se conectó con Unite KC, que pagará su factura de ambulancia, una de las cuentas del hospital y algo de terapia, por un valor de unos $6,000. La factura por el traslado inicial a la sala de emergencias era de aproximadamente $20,000, dijeron sus padres, pero el hospital se mostró reacio a enviarla y finalmente cubrió el costo.

Y Unite KC también tiene la intención de pagar una factura de tarjeta de crédito de $1,300 para Emily Tavis y Jacob Gooch Sr.

Hasta ahora, Unite KC ha distribuido $40,000, y espera conectarse con más de las familias heridas, con la esperanza de ser tan “generosos y rápidos como podamos”, dijo Kendall. United Way será como un “ráfaga” de alivio para las víctimas, agregó, pero su grupo apunta a algo diferente, más como una fogata que arda durante el próximo año.

“Estamos de acuerdo en que esto es algo horrible que sucedió. Es un triste estado de la humanidad pero es una parte real”, dijo. “Así que queremos recordarles que Dios no los ha olvidado. Y que aunque permitió esto, no los ha abandonado. Creemos que podemos ser como una extensión de su amor para estas personas”.

Bram Sable-Smith:
brams@kff.org,
@besables

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